Fred Ritchin “Después de la fotografía”
El transcurso de los años, los inevitables cambios sociales,
los agigantados pasos tecnológicos, mecánicos, y científicos, son un cúmulo de
procesos y sucesos que se encuentra en una gran red, donde todos se
influyen a la vez, se abren paso, o se
suscitan unos a otros como evoluciones o bien -como Fred Ritchin advierte-
revoluciones.
El arte no está exento de la red social, y muy al contrario
está inmerso y funge un papel que evidencia estas (re)evoluciones sociales. Las
manifestaciones artísticas responden a su contexto y apuntan a “mundos”
inimaginables, la forma de ver y vivir el mundo han permeado estas expresiones
artísticas y por supuesto, los avances mecánicos, y tecnológicos que han dado
pie a experimentar nuevos horizontes e innovar o inventar nuevas formas de
expresión artística. En este caso el trabajo de Fred Ritchin nos apunta a la
fotografía, y más específico, el puente de la fotografía análoga, a la era
digital.
Es cierto e innegable que existe una gran diferencia técnica
entre una cámara análoga y una cámara digital, pero, no sólo se trata de
diferencias en la máquina, en la cámara, sino en toda la serie de elementos que
se condensan al momento de hacer click y llevar esa imagen al plano
bidimensional. Elegir qué se va a
fotografiar, enfocar la atención, la mirada a diversos objetos, espacios,
lugares, personas o acontecimientos, así como la perspectiva, la mirada al
mundo, todo se ve permeado a través de
un lente, de una pantalla y que por supuesto varia con la fotografía análoga o
digital.
Sin embargo en este transcurso tecnológico se han dado a la
luz otros artefactos para producir imágenes del mundo ante nosotros, las cámaras de
computadoras, y teléfonos celulares, principalmente. Para entonces el producir
fotografías se encuentra distante con el trabajo fotográfico de décadas anteriores.
El mundo ahora se puede modificar, se oscila entre la realidad y la fantasía, con
herramientas que modifican esa visión al mundo, nuestra permanencia en él. El
mirar una foto se ha vuelto un acto de fe, para identificar la imagen como un
hecho real, o que fue modificado. Cambios y modificaciones de luz, de color,
perspectiva, y tamaño, además de agregar u omitir objetos o personajes en el
cuadro, situar en algún lugar en
específico, son algunos de los aspectos que pueden variar en la fotografía que
nos llevan a cuestionar lo que vemos o simplemente creer ciegamente de que se
trate de una fiel copia de la realidad.
La producción de fotografías se ha vuelto una acción común,
super ordinaria y casi general, de un acceso inmediato al alcance de nuestras
manos. Tomar el teléfono celular, y hacer una fotografía es un acto que hoy en
día todos hemos hecho, pero aquí la cuestión que se ha reflexionado desde el
trabajo de Susan Sontag, es ¿qué se vuelve digno de retratar?, ¿hacia dónde
fijar la mirada a través del lente?, ¿Qué cosas son merecedoras de nuestra
atención? Y sobre todo ¿Qué hechos, personas, objetos o lugares se han de volver
imagen para permanecer en el plano del tiempo, desprenderlo del presente y llevarlo
al futuro para volverse una fuente inagotable de recuerdos? Es inmensamente vasto el campo de la
fotografía, y con ello estas interrogantes se responden de formas muy diversas
para cada momento de la historia, para cada contexto social, para cada tipo de
cámara ( ya sea análoga, digital, de celular o de computadora) y por supuesto
para cada sujeto detrás del lente.
Sin embargo lo que parece aquí esencial es la diferencia de
la era digital a la análoga, pues como Fred nos deja bien en claro, existen
diferencias muy claras pero casi siempre desapercibidas, o ignoradas, pues
dibujar con luz (foto-grafía) se ha visto inmerso en una gran ola de cambios,
pasar de características físicas y propiedades de elementos naturales para
producir una foto, ahora se encuentran
en códigos vinarios, una serie de información que otra máquina ha de procesar y
condensar en unidades legibles (pixeles) que en su conjunto forman una imagen
reconocible, casi fiel a la realidad. Esto por supuesto que ha abierto una
brecha para los sujetos hacedores de fotografías, un cambio en la expresión y
mirada al mundo. Queda la incertidumbre del camino que irá tomando esta
actividad, ¿qué artefactos se innovarán para hacer nuevas fotos?, ¿se tratará
todavía de imágenes tomadas de la realidad?.
Reflexionar sobre el trabajo de Fred Ritchin es reflexionar
sobre nuestro quehacer hoy en día de la fotografía, como Artistas visuales pero
sobre todo como seres inmersos en una sociedad altamente cambiante en vísperas de
revoluciones aun por venir. Es también reflexionar a cada click que se hace,
ya sea en una Phentax, en una Canon EOS, o con un iphone, y emprender un camino
hacia la creación de imágenes bidimensionales extraídas de la realidad, una
realidad que nos abraza y nos conduce a nuevos horizontes.
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